Revista del Pensamiento Político

Manifiesto 7 de abril*

Pueblo trabajador de Sinaloa y de México:

Los universitarios sinaloenses y de todo el país:la política oficial se convirtieron en «defensores» de la paridad y la autonomía universitaria, condenan la violencia y exigen castigo a los culpables, el gobernador y el procurador del estado montan la farsa dirigida a convertir a los agredidos en agresores Sus apetitos de venganza los lanzan hacia dirigentes de nuestro movimiento y contra agrupaciones de izquierda.

A la generación 7 de abril de estudiantes y maestros de la UAS nos correspondió dar el combate más significativo en el prolongado batallar por y reorientar mnuestra casa de estudios en concordancia con los intereses de las masas laboriosas de la ciudad y del campo.

Fusionados con nuestro pueblo, volcamos el 8 de octubre pasado dispuestos a liquidar el aborto regresivo del gobierno antiuniversitario de la burguesía mexicana, la administración corrupta de Gonzalo Armienta Calderón un engendro fascistoide de Ley Orgánica.

Somos la generación salvajemente reprimida mas no destruida en la primavera de 1970, a la que durante dos años se trató de liquidar con la acción gorila de grupos oficiales y extraoficiales, corromper con dádivas monetarias, enajenar con la cátedra oscurantista y expulsar mediante medida fascistas.

A pesar de ello, esta generación vive y lucha, estudia y sigue combatiendo. Nuestro destacamento parte del ejército de estudiantes que en el país tremolas banderas de la independencia plena ante los regímenes paridos por la putrefacta «Revolución mexicana». Nuestra independencia la hemos forjado junto al combate reivindicador de los colonos; en la lucha campesina por la tierra y contra el cacicazgo político; dentro del creciente embate obrero, contra el charrismo sindical; en las heroicas jornadas de julio-diciembre de 1968 y el 10 de junio de 1971, y en la batalla múltiple del pueblo mexicano por la democracia y la libertad política.

El triunfo que finalmente arrancamos a la terquedad gubernamental ha sido a un alto costo. La opinión pública nacional reconoció en las agresiones vandálicas de que fuimos víctimas el 11 de febrero, cuando nuestra Universida fue allanada por la policía, el intento de masacre del 15 de marzo y la criminal de los días 5, 6 y 7 de abril. 

Ninguna investigación se requiere. El deslindamiento de responsabilidades lo realizaron los 17 000 universitarios y trabajadores que marchamos por las calles el mismo día del crimen, los miles de personas del pueblo que nos acompañaron en las exequias de los compañeros caídos, los 10 000 estudiantes y trabajadores que acudimos en homenaje a los caídos.

A seis meses de lucha, el saldo que arroja la represión oficial resulta aterrador: más de 200 compañeros heridos, alrededor de 500 que fueron víctimas de la prisión política, decenas de secuestrados y nuestros compañeros mártires: Juan de Dios Quiñones y María Isabel Landeros.

La extraordinaria protesta de los estudiantes y el pueblo de Culiacán, movimiento estudiantil nacional y de la intelectualidad progresista, motivada por la última operación halconesca del 7 de abril, obligó a marcha atrás gobierno de Valdez Montoya y arrojó al basurero de la historia al rectoría de Gonzalo Armienta y su administración. La renuncia de esta caterva de perros falderos del gobierno y la apresurada aprobación por parte del Congreso local de una nueva Ley Orgánica son conquistas arrancadas a pulso, por medio las más diversas formas de lucha, teniendo todas ellas como denominaor común su carácter de masas.

El gobierno de la «apertura democrática» en Sinaloa desenvuelve una ensordecedora campaña confusionista y demagógica orientada a socavar los resultados de nuestra victoria. Hipócritamente, de la noche a la mañana, banqueros, los latifundistas, los ganaderos y los burócratas de al sepelio. Junto a ellos, hoy reiteramos que los asesinos son Valdez Montoya, el procurador Cota Rivera, Armienta Calderón, personeros delgobierno de los capitalistas del estado; el Congreso local, la clase gobernante toda con Luis Echeverría a la cabeza, impositores y defensores del despotismo armientista en la UAS. 

Por ese motivo, el Consejo Estudiantil acordó consignar políticamente alrégimen, es decir, unirnos para fortalecer la lucha del pueblo, hoy explotado, quien a su debido tiempo castigará a los culpables intelectuales y materiales.

Tenemos señalamientos importantes que hacer contra la Ley Orgánica decretada el 10 de abril. En primer lugar, la Cámara de Diputados aprueba una ley  reglamentaria por la vía de la imposición, lo cual riñe con el significado de autonomía real y choca con nuestra iniciativa de Ley Orgánica del 2 de febrero de 1972, ya que reclamaba para la comunidaduniversitaria el derecho a decidir por sí misma la forma del autogobierno. Además, según la nueva ley, una cuarta parte del Consejo Universitario no es elegible, y en su conjunto no es revocable, con lo que limita en grado externo la paridad real, cosa que también sucede con la existencia de requisitos, como el 8 de promedio mínimo y la regularidad para los delegados alumnos. La existencia de rector y directores con funciones ejecutivas, la perpetuación de los consejos técnicos con facultades, principalmente de consulta y asesoramiento, permite que la Universidad persista con el sistema autoritario y verticalista. El hecho de que no se establezca un porcentaje fijo del subsidio que el estado debe dar a la Universidad, mantiene a esta sujeta a los designios del poder público.

Denunciamos que la nueva Ley Orgánica de la VAS es engañosa, no refleja las aspiraciones de auténtica democracia por las que durante mucho tiempo ha venido luchando la comunidad universitaria. La aprovecharemos y ejerceremos críticamente, porque es falso que sea la excepción en el país y es cierto que el gobierno en otros muchos casos ha utilizado este tipo de leyes como carnada para mediatizar y aplastar a los movimientos estudiantiles y populares de insurgencia.

El Consejo Estudiantil acordó respecto al rector provisional, Dr. Jesús Rodolfo Acedo -designado por el gobierno con el método de la imposición Armientista- permitir su gestión temporal con base en la solución de las siguientes condiciones: 1) libertad a todos los detenidos y desistimiento de acción penal contra nuestros compañeros; 2) que se asegure un completo cese de la repreSión; y 3) respeto a la autodeterminación de la comunidaduniversitaria en el nombramiento de maestros, directores y representantes a los consejos técnico universitario sin ninguna traba burocrática o legaloide.

Está claro para todos que la solución a estas condiciones no las recibiremos gratuitamente. Vamos a hacerlas respetar porque estamos decididos a proceder por la vía que ha caracterizado a nuestro movimiento: la de los hechos.

Próxima a ser centenaria, la UAS sufrió su más grande sacudida. Este estremecimiento político fue definitivo para dejar muchas cosas en claro.  Definitivamente los estudiantes en Sinaloa dimos muestras suficientes como para que no se nos califique ligera y torpemente de «flojos, alborotadores» y «elementos manejados por fuerzas extrañas». Allí están las muestras de organización e independencia que dimos hasta en los momento más difíciles de la lucha.

La comunidad universitaria probó tener derecho a ser autónoma sin traba alguna ni imposiciones nefastas. Allí están nuestros consejos directivos paritarios, nuestro consejo universitario paritario, nuestra junta administrativa paritaria, que fueron el brazo académico y administrativo de la Universidad en lucha e hicieron posible la autogestión de la UAS.

Quedó comprobado que la Universidad puede y debe fundirse con la lucha popular. Allí están las iniciativas de una universidad popular, nuestros bufetes de servicio social, nuestras brigadas de trabajo popular que en el campo y en la ciudad se fusionaron con los obreros y los campesinos, enfrentando sus problemas y corriendo la misma suerte.

Esta Universidad, que en 1873 se proclamó liberal en un régimen liberal, que en los años treinta se nutrió de un fuerte movimiento reformista, que hoy es independiente, tendrá que proclamarse revolucionaria en un futuro socialista que construiremos -quiéranlo o no los burgueses, quiéranlo o no los ricos explotadores- pueblo trabajador y estudiantes en la lucha común por enterrar este sistema capitalista económica, social y políticamenteinjusto que nos oprime.

La UAS en el cumplimento de su deber, no fallará.

¡Hacer una Universidad militante con el pueblo trabajador! Por nuestros compañeros caídos, no un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha!

Culiacán, Sin., 7 de abril de 1973.

Consejo de la Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa 

• Tomado de Sinaloa. Estudiantes en lucha, Liberato Terán Olguín, Ediciones de Cultura Popular, 1973, pp. 210-214.


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