Revista del Pensamiento Político

¿Por qué ganó Morena?

 

Venderse por 30 dineros es una transacción honrada, pero   

 vender su conciencia, es abandonar el género humano.  

Arthur Koestler. 

Santos Ariel Agramón 

El poder hincha, dice el apóstol Pablo, y la gobernanza edifica. La gobernanza, implica la toma de decisiones de políticas públicas que redunden aciertos en beneficio de la sociedad y una visión próspera de futuro para cualquier nación, entonces, salta la interrogante, ¿cuáles son los aciertos o las acciones edificantes para México con el gobierno de la 4T? 

Los indicadores en 2018, en materia de salud, seguridad, crecimiento del PIB, inflación, certeza en transacciones comerciales y la inversión pública; las cifras en 2024 reflejan un marcado fracaso, coinciden opiniones diversas.  

El México de 2018, se quedó muy lejos del México actual (2024). La esperanza de un país mejor con Andrés Manuel se desplomó, se hizo añicos. ¿Por qué ganó Morena con una votación tan elevada, arrollando de manera estrepitosa a la oposición? 

Se han vertido opiniones tibias y parciales, tratando de explicar el triunfo de Morena basados en errores de la oposición, pero se diluyen al momento de hacer valoraciones en el terreno de la agrupación partidista oficial. Se habla, de intereses partidistas, trabajo al ras del suelo, oferta electoral sin propuestas, la poca ética de candidatos y, remachan, con el consabido sonsonete de la elevada aceptación del presidente Andrés Manuel. ¿Calderón perdió aún con altos niveles de aceptación? 

¿Por qué ganó Morena, sí traía consigo bajas votaciones en las elecciones intermedias en 2021? Había perdido 6 millones de votos a diferencia de 2018. La sociedad, sabe premiar a un gobierno y sabe cuándo y cómo manifestar su descontento. A pesar del aparatoso programa de beneficencia social, las acciones de protesta se volvían más intensas; Andrés Manuel sabía lo que le deparaba en las elecciones presidenciales de 2024, no iba a dejar que le arrebatarán lo que por tanto esfuerzo le costó alcanzar en 18 años. 

Al evaluar los resultados electorales de 2021, a sus asesores les apremiaba apropiarse de la opinión pública, consolidar la narrativa y ajustar hasta el tuétano a los medios de comunicación, aunque ya habían corrido ríos de saliva en las mañaneras durante tres años, y los resultados no eran halagüeños. El presidente tenía que dar el siguiente paso, él no iba a jugar a los dados en 2024. 

El desmantelamiento de los órganos electorales y la restricción presupuestal fue la mejor estrategia. Andrés Manuel sería juez y parte, podía hacer lo que le viniera en gana para triunfar en las presidenciales. Así fue, en 2024, hicieron lo que quisieron en el ejercicio cívico llamado “democrático”, y ganaron hasta lo que no se podían imaginar.  

Karl Popper, escribió: “fueron las instituciones las que elevaron al hombre sobre el nivel de las bestias”, y en México no es apropiado hablar de democracia, por el alto nivel de personas que acudieron a las urnas, o por distinguirse como un proceso tranquilo y civilizado, que le dio un triunfo holgado a Claudia Sheinbaum.    

¿Qué dejó el 2 de junio? Es la interrogante que, sobre sus lomos circula la revista Politeia no. 106, en aras de generar opiniones que desentrañen los puntos finos y oscuros del proceso presidencial.  

Decir, que las pasadas elecciones representan el quiebre de la democracia, sería algo esperanzador para el país. La realidad, es que prevalece un miedo atroz y un estruendo silencio; el México bronco se encamina por otro camino, diría Karl Popper. 


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